martes, 8 de julio de 2014

Lunes 7 en Alameda del Valle

Ayer, día de San Fermín, nos levantamos con una gran mentira de Miguel, el jefe. Nos dijo que rezaríamos el ofrecimiento del día en la parroquia y cuando estuvimos en la puerta una emboscada de monitores con ganas de apalear ( a algunos más que a otros ) nos persiguieron por la explanada para “ felicitarnos “ San Fermín. Hicimos las duras tareas, y pasamos a las olimpiadas donde cada uno encontraría un talento oculto que hasta entonces no conocíamos. Los talentos eran: el más bocazas que se tenía que meter el máximo número de galletas en la boca, la ganadora fue María Solano; el más fuerte donde los dos contrincantes se colocaban en un banco y se intentaban tirar agarrándose de una mano sin mover los pies; el más dulce, consistía en comerse medio limón en el menor tiempo posible, el más guapo, al que le tenían que transformar en feo, la ganadora fue Teresa Rey; el más romántico, en el que tendrían que enamorar los chicos a Ángela y las chicas a Quique, el ganador fue Carlos de Arteaga, el más preciso, este tenía que contar un  minuto en voz baja y acercarse lo máximo posible a los sesenta segundos, la ganadora fue Patricia Montero; el más gracioso, tendría que intentar hacer reír a Julio, el ganador fue Enrique de Miguel; el que tiene más equilibrio que tenía que aguantar lo máximo posible haciendo la grulla en el banco, María Quesada fue la ganadora.
 Más tarde la ducha con agua congelada en la que los chicos mayores nos deleitaban con unas canciones. Comimos unos deliciosos spagetti a la boloñesa. Y los juegos de la tarde donde todo el mundo acabo en el suelo, los juegos se basaban en correr y tirar al suelo a los demás. Luego a la misa, después la cena y la velada donde jugamos a los colores y por último nos fuimos al saco.


Crónica redactada por: Los pitufos españoles

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