viernes, 12 de julio de 2013

Gavilanes - Días 10 y 11

-DÍA 10- Llega el temido y esperado gran día… ¡nos vamos de marcha! Nos despertamos media hora antes, y aún con las legañas en los ojos, le cantamos a David el cumpleaños feliz. A continuación nos fuimos a desayunar unos donuts para coger energías y, después de ofrecer la marcha al Señor, salimos del campamento para ir hacia el autobús, donde rezamos Laudes, aunque muchos enseguida nos quedamos dormidos.
Llegamos a la plataforma de Gredos y nos encontramos con el campamento de medianos de Hoyos del Espino. Empezamos una dura marcha pero que tenía una gran recompensa, poder ver y admirar el precioso circo glaciar. Comimos todos juntos, y pudimos comerciar con naranjas, peras, bocadillos, etc. Ya por la tarde, celebramos la Eucaristía, y cuando los del campamento de medianos se marcharon tuvimos tiempo libre. Más tarde pudimos disfrutar de una catequesis preciosa en la que Jesús Vidal, Raúl, y Teresa y Javi, nos contaron su testimonio de cómo, de formas distintas, viven su vida de la mano del Señor.



Al acabar rezamos Vísperas y jugamos un rato al súper juego “Presi-presi”. Tras una buena cena, tuvimos la suerte de rezar Completas en medio del circo bajo las estrellas, y ya después nos fuimos todos a dormir a los sacos (bien pegaditos para mantener el calor).
-DÍA 11- Nos levantamos en el circo a las 5:30 de la mañana (hipermegamadrugón), cuando todavía ni se habían escondido las estrellas. Nos vestimos y recogimos todo con bastante frío, ya que a esas horas en medio de la montaña no hace mucho calor que digamos… Durante la marcha, que empezó a las 6:30 de la mañana, hicimos varias paradas para desayunar y rezar Laudes. Después de cinco horas andando llegamos a las 11:30  al pico más alto, al pico del Morezón, donde rezamos el Ángelus y descansamos un rato mirando el paisaje entre las cabras salvajes.



Llegamos todos sanos y salvos a lo más alto. Luego bajamos hasta la plataforma de Gredos, donde estaba el autobús, contando con tres horas de bajada por unas cuestas muy empinadas, pero en las que Ignacio nos guió como verdaderos exploradores intrépidos. Comimos antes de subir al autobús, y luego volvimos hasta el campamento (casi todos dormidos).



Al llegar al campamento, nuestros compañeros que se habían quedado allí, nos recibieron con mucha alegría y un gran cartel de bienvenida, y nos fuimos corriendo a duchar. Ya más tarde celebramos la Eucaristía, donde pudimos reflexionar sobre la marcha y ofrecérsela al Señor. Tras la misa, cenamos y tuvimos una velada tranquilita de bromas, bailes y canciones. Tras el rezo de Completas nos fuimos todos a dormir (realmente lo necesitábamos).
-crónica  realizada por el equipo de "Los Hombres de Paco".

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