¡Por
fin hemos llegado! Tras una ardua subida cargando con los macutos por el camino
(mortal según algunos debiluchillos), llegamos por fin a la finca del
campamento. Aprovechando que “estábamos en forma”, nos dispusimos a hacer una
limpieza general del campamento para que estuviera limpio y acogedor.
Ya
una vez comidos y descansados, hicimos el montaje de las tiendas de campaña, en
cuyo proceso no faltó la típica preparación del líquido enderezador de piquetas y el ventilador de vientos, en el que más de uno cayó en la novatada.
Una vez que dejamos todo bien montado, hicimos las correspondientes
presentaciones con distintos juegos conocidos, como El Pistolero, Quién es quién,
o Sangre.
Como
el calor era horroroso, todos suspiramos aliviados cuando llegó la hora de las
duchas, en la que las chicas tuvieron la prioridad, y que cuya temperatura
ayudó a…digamos…la correcta circulación de la sangre por el cuerpo… Ya
fresquitos y aseados preparamos los cantos de la Eucaristía, y posteriormente
la celebramos todos juntos en medio del campo, un lugar precioso para el
encuentro con el Señor. Después de la misa tuvimos un momento muy especial, en
el que acompañamos al Señor en procesión hasta el Sagrario que tenemos en la
capilla.
Por
último, una vez cenados, tuvimos la primera velada del campamento, en la que se
hicieron los grupos de Olimpiadas. Finalmente rezamos todos juntos en círculo el
rezo de Completas bajo las estrellas (que es todo un lujo cómo se ven aquí), y,
con un poquito de pachorra propia del primer día, nos fuimos todos a dormir a
nuestras tiendas.
1 comentario:
Desde Madrid os mandamos un abrazo enorme a todos junto con nuestra oración.
Que el Señor haga que Gavilanes sea el sitio perfecto para que descubrais, como el hijo pródigo, que la verdadera libertad esta en amar, y que siendo hijos de Dios esto es verdaderamente posible.
"Los Dominguez"
BYOS
Publicar un comentario